jueves, 19 de febrero de 2009

Calesita, aqui vuelvo.

"llegaba tarde por principio, su principio era que la puntualidad era el ladrón del tiempo"

Desde Octubre hasta aca han sucedido infinidad de hechos, la disolucion del proyecto ELEC, la nueva conformacion de una agrupacion en tiempos de prueba y zapada. Escrituras de notas por doquier, textos guardados sin terminar que pueden formar un libro nuevo de cuentos. Fechas de festejo como la Navidad y el Año Nuevo - y porque no "los Reyes magos" - donde tuve que trabajar, y enfrentarme entonces con un choque de ideas y de formas internas.
La ciudad acapara la violencia, cual iman al reloj. La gente carga con un nivel de mala educacion fuera de serie, y siempre se siente mal tratada. Maltratada como se sentia el Rey de España cuando vio que "sus tierras"(me refiero a America Latina) estaban "usurpadas" por "indios", esa misma ignorancia es la que rodea este ambiente.
En Buenos Aires hierve en una olla la porteñada - ojo, no meto a todos en la misma bolsa - que no puede parar de garcar ni de querer aparentar ser dueños de un mundo, que los adueña por lejos.
Los politicos, lejos de querer educar a la poblacion, empiezan su trayectoria hacia la candidatura a Diputado y Senador, nuevamente un avasallo de promesas que solo quedaran en eso, se podrian amparar en Sabina cuando dice "las mejores promesas, son esas que no hay que cumplir", lo penoso de la situacion es que estamos hablando de la vida de un pais, de necesidades basicas.
Yo sigo avanzando con la musica, en un pais que se niega a la profesionalizacion de esta y donde "el ambiente" tiende a ser cerrado y envidioso, como si se trata de un motin unico que, visto desde el lado de que todos somos diferentes, lo es: nosotros somos nuestro propio botin unico.
EL concepto ideologico que surge en un restaurant cuando la gente se sienta a comer, muchos de ellos con el pensamiento en la cabeza que el camarero, es sirviente. Y que el sirviente pertenece a un strato social bajo, y sin educacion.
Ahi me encuentro, en esta encrucijada, entre querer matar a medio mundo, o simplemente aprenderme a reir - momentaneamente porque otra no me queda - de estas "anecdotas" cotidianas.
Es increible leer historia Argentina y encontrarse en un repeticion constante, tal vez a modus operandi de arreglo de cannon musical, donde las voces repiten lo mismo, pero no al mismo tiempo, a veces se superponen. Cuando se superponen y el arreglo esta bien hecho, es algo hermoso, pero cuando no... caos.
Las tribus urbanas siguen creciendo en todos y cada uno de los rincones de esta ciudad, formando contra culturas con necesidad de expresion.
Los problemas del espacio y la comunicacion se ven constantemente afectados por la superpoblacion de un lugar y la tendencia de mudarse a barrios plagados de edificios ya - pero que en diez años colapsados de edificios estaran -.
Los "de afuera" que vienen tranquilos a gastar monedas que les sale el vivir.
Los del campo que se quejan de que "ganan poco" con sus Hilux 4x4 y sus departamentos en recoleta o sus estancias en Pilar. Quejandose que se sienten abusados por el poder politico del gobierno que les quita sus ganancias y no ganan lo que corresponden, mientras que ellos contratan inmigrantes que les pagan $4 la hora, y los tienen durante jornadas de 12 o 15 horas. y cuantos se deben haber desmallado ya.
Los medios que son el pincel de la imaginacion del dinero y el poder, en constante crecimiento.
Caos, constante caos.
Pero en todo esto hay algo solo que nos puede salvar que es el amor y, de la misma forma que Spinetta lo planteo con Paez en "la, la, la" me pregunto

"¿ Quien resistira cuando el arte ataque?"

Andy Roma, en la vuelta a la calesita.

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